Hola, hoy te comparto una rolita que nos ha gustado siempre a los integrantes de Madre Serpiente [la MS para los amigos], tanto así, que hay dos versiones en la web, una con la banda completa y donde las guitarras de Ricardo Hernández (el Melón) y Edgar (el Carnal) Chávez juegan con unos riffs predominantes de inicio a fin, y la otra, con el Carnal en la voz y una variación lírica con amor a José Carlos Becerra; Ixchel en la melódica, Andrés (Godo) en los arreglos rítmicos y yo, como camarógrafo con mal pulso y haciendo coros.
La dinámica con la MS a la hora de componer era la siguiente, el Melón llegaba con una estructura trabajada o con una intención creativa, sus dotes artísticos siempre fueron de respeto para nosotros, quienes teníamos nula o poca experiencia musical, y siempre hemos admirado al señor Hernández aunque le digamos el Melón. Entonces, el buen Richi (otro sobrenombre clave atribuido a su persona) nos compartía su intención sonora y poco a poco íbamos montando cada elemento en su melodía, Andrés Covarrubias (Godo) pisonaba el ritmo, si se me permitir la palabra, el Carnal pedía las notas y acordes para decidir si le agregaría el teclado, la guitarra o la melódica, está claro que para el 2011 y 2012, el uso de las dos guitarras fue una decisión clave para el sonido de Méxihco, después de algunas canciones tranquilas en el Oscuro Silencio Natural, queríamos subirle al volumen y sentir el rockanrol en todo el cuerpo.
Debo decir que al buen Melón le debo mi afición por Led Zeppelin y el hard rock que no me ha abandonado, hay algo sofisticado y primitivo en ese género que los británicos lograron llevar a dimensiones colosales.
“La música es un reflejo de lo que somos, lo que nos entristece, lo que nos excita…”
Aldo Diosdado
Otra razón para subir la intensidad, fue la incorporación de Juan Pedro Díaz alias Juanito en el bajo, un tipo delgado y correoso, con una energía vibrante y explosiva que todos aceptamos. En ese entonces, la banda disfrutaba del tiempo juntos y proyectaba sus ideas sin restricciones.
Pero, para regresar a la composición de una canción con la MS, después de equilibrar la batería con el ritmo de la guitarra del Melón, el bajo se adhería al proceso hasta lograr un acompañamiento sólido, mientras la segunda guitarra se sumaba para liberar a Ricardo y comenzar otra etapa, que podría dirigirse a un jam sobre la base o a una trayectoria que desencadenaría algunos arreglos para una versión más concreta. No era un método del todo razonado, pero recuerdo que cuando lo hacíamos lo mejor posible, ese era el camino.
“La música es un eco del mundo invisible”.
Giuseppe Mazzini
Durante esa etapa, los instrumentos avanzaban como a la búsqueda de nuevos rumbos, mientras los balbuceos de la voz comenzaban a manifestarse con más ímpetu, porque todos escuchábamos la intención al principio y comenzábamos a trabajar de una u otra manera, la mía era abrazando la intuición, que mejoró cuando tuvimos un equipo de sonido más decente y nos podíamos escuchar, porque sin altavoces, un cuarto de ensayo es como una jaula con animales poco místicos. Así era la dinámica que más probamos al momento de componer, porque después, las aportaciones de cada uno fueron mayores a la hora de crear o terminar una canción.
En el Camino Rojo nuestras ambiciones eran mayores, queríamos colaborar con otros colegas y lo hicimos, todos queríamos mayor presencia en las composiciones y lo hicimos, la banda estaba sana y quería tocar en los bares subiendo el volumen y lo hicimos, siempre disfrutamos tocar con los Caníbales de Guadalajara o con los Annimal Machine de Zapotlán, hasta que las ausencias en los ensayos aumentaron, y sólo quedó un cuarto con una batería vieja, unas bocinas polvorientas y un techo agrietándose por la humedad, hasta que LUNDRA comenzó en 2014 a despertar los tambores que siguen retumbando, como un corazón justo en medio de la hoguera.
“Señora de semillas que son días/ el día es inmortal/ asciende/ crece/ acaba de nacer y nunca acaba/ cada día es nacer/ un nacimiento es cada amanecer y yo amanezco/ amanecemos todos/ amanece el sol…
Octavio Paz
Méxihco seguirá siendo una de mis canciones preferidas de la etapa con Madre Serpiente, creo que en su letra está toda nuestra intención cíclica como banda y me gusta pensar que Juanito, el Melón, el Godo y el Carnal, todavía la escuchan con una sonrisa de mazorca en sus rostros, y que a pesar de los detalles sonoros que encontremos hoy y siempre, seguiremos sonriendo porque rockeamos e hicimos las cosas a nuestra manera.
“Vuelan a otro lugar/ donde un hombre las sueña en paz/
tú/ vas a sentir el llamado del quetzal/ prepara la ceremonia/ vamos a bailar”
Madre Serpiente (2008 - 2013)
Agradezco tu lectura, ¡súbele a la música!
U*[x]*U
¡Auuuuuuuuu!