Una de las bandas de rock mexicano que resiste al paso del tiempo y de las modas está de gira por el estado de Jalisco, lugar donde los hermanos Pérez Castro y colegas decidieron lanzar su propuesta musical llena de guitarras e himnos de un rockanrol hecho desde los bajos mundos.
A continuación, repaso los discos y canciones de los Caníbales para aprovechar su visita a Zapotlán el Grande, una ciudad con aires pueblerinos, un nevado imponente y una laguna esplendorosa y contaminada. Para este repaso divido los discos y sencillos en tres etapas con frases que, a mi juicio, son muy representativas en la historia de la agrupación.
1era etapa: Vámonos a devastar
Con 15 años de trayectoria, los Caníbales han viajado con el estandarte del rockanrol y sus derivados, teniendo presentaciones en las principales ciudades de nuestro país, desde su primer álbum (2009) ya nos presentaban un sonido duro al más puro estilo de Motörhead y letras oscuras que convocan tanto a la aventura como a devorar el pudor en las puertas del averno, donde además, nos invitan a contemplar a una muerte sabia y paciente, que nos suele estirar su mano al borde del abismo. De este primer encuentro con la banda se pueden destacar temas como “Puro pa’ delante”, “La muerte me aconseja” y la brutal “Llévame al infierno”.
Déjame contarte algo/ no vas a creer lo que pasó/ era un día de verano cuando el diablo me encontró/ anduvimos de parranda hasta el amanecer/ conocí el lado oscuro y la neta me gustó/ Oh, right!
“Llévame al infierno”
En su siguiente producción, “Mercenario” (EP) de 2010, la agrupación mantuvo la potencia en guitarras y ritmos para ofrecernos una lírica épica que nos habla sobre lo dura y difícil que puede tornarse la vida, esa vida que está llena de autos, industrias y seres egoístas y despiadados. Pero la versión más oscura de los Caníbales llegó en 2012 con el “Doom Blues”, un álbum que sigue siendo el favorito de muchos por su arte conceptual, la exploración del grupo en géneros como el stoner, el doom y un blues eléctrico aderezado con psicodelia, y no nos olvidemos que las letras de Enrique Pérez Castro (Jesús Caníbal) descienden a las partes más profundas del hombre, para después retomar un camino donde se busca una especie de redención en la naturaleza o en el cuerpo del ser amado. Sin duda, un viaje digno de Dante y de Hermann Hesse que nos presenta la madurez lírica y sonora de los hijos bastardos del postmodernismo, epíteto que podemos encontrar en su página web.
Soy hijo de la noche/ el fuego es mi abuelo/ sin rumbo fijo voy/ donde me lleva el viento/ ni patria ni fronteras/ ni leyes ni decretos/ en este corazón gobierna el silencio/ a un lado de la hoguera/ cansado y sediento/ te busco en el cielo…
“Estrella del desierto”
2da etapa: Quiero morir como mis ídolos
En noviembre de 2015, la banda lanza “Bajo la influencia”, un estridente elogio a los excesos carnales y a las sustancias que alteran la percepción de la realidad, con letras más directas sobre los vicios, los amoríos y sin dejar de criticar las incongruencias que nos dominan como seres humanos. En este disco se afianza la capacidad de la banda para crear canciones que pueden ser coreadas como himnos en los conciertos, tokines organizados en lugares donde las cervezas fluyen como ríos o como manantiales que calman y apaciguan a las bestias interiores que se han acostumbrado al ruido y al asfalto. De este disco podemos destacar la canción que nombra al álbum, más “Lo que quieras”, “Sígueme”, “Como una droga” y “El juicio final”, que terminó siendo un tema obligado para satisfacer a los seguidores más herejes.
Tira los dados/ la oscuridad se acerca/ si buscas la verdad/ deja el camino fácil/ Sígueme/ donde no hay regreso…
“Sígueme”
“Hasta el final” (2017) es un single doble que nos muestra cómo la banda puede hacer baladas poderosas y fáciles de recordar como la canción que lleva el mismo nombre del lanzamiento, cuyo estribillo es pegajoso y se acopla muy bien con el arreglo de guitarra que viene después. El segundo tema, “Esta noche”, se puede tomar como un preámbulo a lo que llegaría más tarde, ya que su inicio y su aire de “vamos a tomar la carretera” se explora de mejor forma en el siguiente EP.
No tuvimos que esperar mucho para que los Caníbales regresaran con todo la distorsión posible, en 2018 presentan “Rocanrol”, una producción con cinco canciones perfectas para llevar en el auto o mientras sales a rodar en la motocicleta. Abriendo con la vigorosa y directa “Ven aquí” y siguiendo con “El ombligo del diablo”, dos canciones que marcan un inicio sólido y digno de un bar repleto de hombres y mujeres con chaquetas de mezclilla o chamarras de cuero.
“Rocanrol” continúa con “Electricidad”, una canción festiva y salida desde el rugido y el sudor de los escenarios, para después compartirnos “Ídolos”, una declaración de principios sobre cómo los Caníbales quieren pasar este y todos sus días, entre guitarras e instrumentos que atestigüen su inconformidad, su rebeldía y su ambición en un tipo de arte que no hace más que definirlos bajo un singular estilo de vida. La canción que cierra es “Carretera”, el tema más relacionado con los motores, el rock y unos ojos que observan un final que nunca llega, porque sólo se avanza hacia el horizonte sin temor y resistiendo al viento que golpea de frente.
Lo que arribó después fue la “Sesiones Avandadoom” (2019), una serie de canciones grabadas en vivo y el sencillo “Hoy me voy a destruir” en 2020, una canción con un riff envolvente y una letra que expone un escape de la ciudad, el trabajo y las presiones diarias, otro himno para los conciertos o para rodar en la autopista.
3era etapa: Ya es tarde para renunciar al rockanrol
El devenir de los tiempos post pandemia nos trajo un sonido diferente a lo que nos tenían acostumbrados, hasta la portada del disco tiene una presencia distinta, ya que nos coloca en un escenario devastado y sin esperanza, además, los dos primeros sencillos no auguraban estridencia o sangre o muerte o desenfreno, pero sí nos acercaban a las decepciones idílicas y un poco al glam rock, cosa que pudo desanimar a los seguidores más macabros y lascivos, pero la primera canción de “Dinero” (2023) titulada “Rock Corp”, nos remite a un rock and roll puro, festivo y crítico, del cual interpreto entre líneas que a la banda le importa un carajo quiénes se van, ya que lo más importante es no renunciar y seguir adelante con los que se quedan.
Y si el regreso a las raíces a lo Chuck Berry no es suficiente, si las canciones hasta con un mensaje positivo descolocaron a varios, en temas como “La noche”, “Dinero”, “El ojo” y “Me doy ese lujo”, revisitan sus tópicos sobre los excesos, los vicios y agregan una fuerte crítica social a un ritmo de vida que está deformando aún más al ser humano, esto sin ser del todo directos, pero sí agregando humor y sentencias con una influencia notable de Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano que ha compartido ideas como “ahora uno se explota a sí mismo creyendo que así se está autorrealizando”.
Ya mencioné que el álbum tiene momentos suaves que podemos encontrar en melodías como ”El amor siempre decepciona”, “Todo acaba” y “Ni seguir ni guiar”, esta última, una de las más sobresalientes del disco, porque Enrique Pérez Castro vuelve a hacer una declaración de principios que los coloca como una banda seria, impetuosa y en su punto, capaz de hacer un rockanrol que a varios nos seguirá hasta la tumba, porque atestiguar la trayectoria de un artista es acostumbrarse a que el cambio es inevitable y es mejor que tengan la libertad total para hacer lo que les venga en gana, y después valorar qué tanto se arriesgaron, si aprendieron o sólo lo disfrutaron, porque si es así, sabemos que lo repetirán una y otra vez, hasta que se cansen o haya más música por hacer, porque las canciones sólo se presentan y a veces ni siquiera llaman a la puerta, sólo explotan dentro del alma y hay que ponerles una base, una letra, y es posible que pidan un piano y unos coros poco angelicales.
Todo en contra/ nada a favor/ en ojos del rebaño soy un perdedor/ no me importa su opinión/ siendo yo mismo ya me siento un ganador…
“Ni seguir ni guiar”
4ta etapa: ¿el final o el desmedido porvenir?
¿Qué vendrá después, volverán a experimentar con cambios de tonos y letras más oscuras, cuántos discos saldrán, cuántas canciones tienen en mente, qué cosas nos traerá la música de los Caníbales? Por ahora sólo habrá que resistir, subirle al volumen y resistir, después vendrá la sorpresa y no tendremos más opción que subirle aún más al volumen, porque cuando nos llegue la hora debemos de tener buena música sonando en los dispositivos, en el carro o en los parlantes, para así decirle a la muerte: aquí estoy, tengo chelas y rockanrol.
Llévame a donde muere el día/ al límite de esta realidad/ llena el vacío que es mi vida/ llévame lejos de esta ciudad/ Dios sabe que te intenté dejar/ pero aquí sigo/ bajo la influencia/ antes de dormir y al despertar/ todo el día…
“Bajo la influencia”
Nos vemos el 20 de julio en el Broders Bar Stage
Lundra abrirá el concierto de los Caníbales.
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¡Auuuuuuuuu!